Unos lo llaman «higiene natural infantil» o “comunicación de la eliminación” (elimination communication), también “entrenamiento para utilizar el orinal a demanda o guiado por el bebé” (baby led potty training). Consiste en una forma suave y sin presiones de responder a las necesidades de higiene natural de un bebé. Como todos los mamíferos, nuestros bebés se resisten instintivamente a ensuciarse a sí mismos, a su espacio para dormir y a quien les cuida, y se comunican al respecto desde el nacimiento. Se puede practicar desde tan temprano, pero siempre es un buen momento para empezar.
Si tienes hijos muy probablemente hayas experimentado que al quitar el pañal en los cambios el bebé hace pipi, esperan a hacerlo cuando lo quitas, cuando tienen vía libre. Esto cambia con el tiempo, ya que se acostumbran a hacerlo en el pañal, especialmente con los desechables, que no dejan que noten la humedad. La práctica de higiene natural infantil consiste en asistir y acompañar al bebé, igual que hacemos en otros aspectos como la lactancia, hasta que obtiene su independencia.
Antes de tener hijos siempre pensé que utilizaría pañales de tela y no desechables. Esta era una forma de ser más amables con el medio ambiente, además de con el culito del bebé, además, los desechables contienen químicos que pueden ser disruptores endocrinos. Pero nunca me había hecho a la idea de lo poco prácticos que resultaban, para mi y para el bebé. A parte de tener que enjuagar las cacas, lavarlos y que estén secos a tiempo (en especial si vives en un sitio tan húmedo como Londres), los bebés no están cómodos con tanto bulto y tanto cambio. Tenía que haber otra forma.
Desde que mi primera hija nació me di cuenta de que era muy fácil saber cuándo iba a hacer caca, y la colocaba en cuclillas en mi regazo para que le resultará más fácil empujar, pero al principio no se me ocurrió retirar el pañal antes de que lo hiciera. También, como utilizabamos pañales de tela, en cada cambio de pañal esperábamos a que hiciera pis, como hacen los bebés al principio. Resulta que es parte de su instinto, pero con el tiempo les acostumbramos a hacer sus necesidades en un pañal y como muchos otros instintos primarios, los terminan perdiendo.
Cuando tenía alrededor de dos meses descubrí la higiene natural infantil. La primera vez que supe sobre HNI o EC (elimination communication) fue en la página web dedicada al libro “The continuum concept”1 y a su filosofía , en un artículo de Ingrid Bauer: http://www.continuum-concept.org/reading/natural-infant-hygiene.html
1 Libro muy recomendable sobre nuestros orígenes como seres humanos y cómo trataban a los bebés y los unos a otros en una tribu del Amazonas
Pensé, es una idea genial, pero no sabía por dónde empezar. Poco después conseguí su libro de segunda mano “Diaper Free! The Gentle Wisdom of Natural Infant Hygiene”. Y decidí embarcarme en un viaje sin pañales.
Se lo comenté a mi pareja, el papá, y le pareció una buena idea también. Comenzamos únicamente a “cazar” las cacas, que eran bien fáciles de predecir. También ofreciendo el orinal para pises en los cambios de pañal y tras levantarse (ya que la vejiga suele estar llena al despertar). Y poco después decidimos ir a por todas y practicarlo incluso de noche.
Al comenzar fue muy estresante para mí, ya que no tenía suficiente información sobre el tema, ni nadie que me enseñara de forma práctica. Antiguamente, esto era una práctica normal incluso en occidente, la información pasaba generación tras generación, y toda la familia o tribu participaba de modo natural en la higiene del bebé. En países donde los pañales desechables no son una opción la comunicación para la eliminación sigue siendo la forma de lidiar con los pipis y cacas de los más pequeños. Pero, con la aparición de los pañales industriales ha ido desapareciendo el conocimiento sobre el tema y es una práctica impensable para la mayoría.
Según mi experiencia, la práctica de higiene natural infantil en la sociedad actual es perfectamente compatible con cualquier tipo de vida que llevemos. Podemos practicar EC a tiempo parcial, y adaptarlo a las necesidades de cada familia.
Bueno, pues para aquellos que se lo estén pensando, es más fácil de lo que parece y como ya hemos dicho sólo es cuestión de adaptarse a las necesidades y ritmos de nuestra familia. Esto puede ser a tiempo parcial e incluso con pañales desechables.
Con mi primera hija, lo practiqué a tiempo completo y fue un viaje de aprendizaje tremendo, con sus subidas y bajadas, pero que me dió la oportunidad de conocer a mi bebé en aspectos que no hubieran sido posibles de otra manera.
Con mi segunda hija el viaje es distinto, claro! Comenzamos antes, nada más nacer y con más conocimiento y experiencia sobre el tema, pero con menos tiempo al tener dos peques, y como con todo, nos tocó adaptarnos a la nueva situación.
Publicaré ambas historias completas, puedes seguirnos en redes o suscribirte si tienes interés en saber más.
Como puedes ver, la práctica de comunicación para la eliminación tiene numerosos beneficios:
- Mejor conexión con el bebé: al fin y al cabo consiste en comunicarse y en asistir a nuestro peque a demanda, como podemos hacer con otro aspecto como la lactancia.
- Será más fácil dejar de utilizar pañales para ellos, y para nosotros! Aunque sólo practiquemos higiene natural infantil a tiempo parcial, por ejemplo cuando estamos en casa, o los fines de semana, esto hará que estén familiarizados con el proceso de ir al baño y les sea más fácil dejar el pañal definitivamente.
- Ahorramos tiempo: a corto plazo en los cambios de pañales de caca y a largo plazo porque suelen dejar el pañal mucho antes.
- Menos desastre a la hora de lidiar con la limpieza de culete, sobre todo con cacas, en especial con las de recién nacido (menuda diferencia! con pañal, las de recién nacido, algunas pueden llegar hasta la nuca!).
- Ahorrar dinero, menos pañales, toallitas y lavadoras.
- Mejora el medio ambiente ya que genera menor impacto medioambiental: Si calculamos que un bebé utiliza una media de seis pañales al día, supone unos 5.400 pañales a lo largo de sus 30 primeros meses de vida. Esto es más de una tonelada de residuos por niño. Si sumamos lo que contaminan todos los bebés de España, supondría más de 900.000 toneladas anuales, o lo que es lo mismo, llenar un estadio grande de fútbol dos veces con pañales sucios. Los pañales desechables tardan unos 400 años en descomponerse. El impacto medioambiental de los de tela es similar, a no ser que sean reutilizados por varios niños y no utilicemos secadora.
Si te estás planteando darle una oportunidad a la comunicación de la eliminación, te recomiendo que empieces hoy mismo ¡Sólo tienes que quitar ese pañal y ofrecer el orinal! Si necesitas más información y consejos seguiremos publicando artículos sobre este y otros temas de vida natural. Mientras tanto puedes seguirnos en redes sociales o ponerte en contacto con nosotros en info@cotiledones.com En Cotiledones ofrecemos asesoramiento personalizado sobre higiene natural infantil, así como de otros aspectos de crianza natural, evolutiva y respetuosa. También organizamos talleres grupales.